El CNE pone fin a la incertidumbre tras un proceso marcado por la división interna y emite la declaratoria que legitima el triunfo del nacionalista
TEGUCIGALPA, Honduras – Con un estrecho margen de poco más de 27,000 votos y tras un escrutinio especial que alcanzó el 99.93% de las actas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) hizo oficial este miércoles la proclamación presidente electo Honduras de Nasry “Tito” Asfura para el periodo 2026-2030, despejando el camino para una transición que ya recibe reconocimiento internacional.
El acta de declaratoria, firmada por tres de los cinco consejeros del organismo electoral, sella una de las contiendas más reñidas en la historia democrática reciente del país centroamericano. Asfura, el carismático exalcalde de Tegucigalpa conocido como “Papi a la Orden”, se impuso con 1,479,822 votos frente a los 1,452,796 de su principal rival, Salvador Nasralla.
Una victoria con sello de unidad regional
La legitimidad del proceso recibió un rápido espaldarazo internacional. Ocho naciones latinoamericanas, incluida República Dominicana, emitieron un pronunciamiento conjunto felicitando al mandatario electo. Destacaron la paciencia cívica del pueblo hondureño y el trabajo de las misiones observadoras. Este respaldo es crucial para un país que busca estabilidad política y reinserción en los bloques regionales.
El estilo que rompe el molde
A sus 66 años, Asfura representa un perfil atípico. Hijo de inmigrantes palestinos, construyó su imagen pública no desde los discursos en cadena nacional, sino desde el contacto directo en mercados y barrios. Su gestión al frente de la alcaldía de la capital, aunque con controversias, se vendió como una de obras tangibles. “Yo no hablo mucho, yo trabajo”, es su lema repetido, una filosofía que ahora deberá escalar a la compleja realidad nacional.
Los desafíos de la gobernabilidad
La celebración en el búnker del Partido Nacional contrasta con los enormes retos que esperan. Honduras enfrenta una crisis migratoria, elevados índices de violencia y una economía frágil. El propio Asfura ha mencionado como pilares el empleo juvenil, el apoyo al agro y la descentralización. Su capacidad para construir consensos en un Congreso fragmentado será la primera prueba de fuego para su promesa de gobernar “sin colores”.
La transición hacia la toma de posesión el 27 de enero de 2026 ya está en marcha. Esta proclamación presidente electo Honduras por el CNE no solo cierra un capítulo electoral, sino que abre uno de expectativas enormes. La comunidad internacional observa, y una ciudadanía ávida de resultados espera que el estilo cercano de “Papi a la Orden” se traduzca en soluciones efectivas para los problemas estructurales del país.
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