La acusación revela cómo el techo del Jet Set acumuló equipos pesados sin estudios técnicos durante más de una década, hasta superar en 123% su capacidad estructural
SANTO DOMINGO, República Dominicana – El Ministerio Público determinó que la sobrecarga estructural del techo del Jet Set se intensificó por catorce años sin evaluaciones especializadas, mientras se instalaban equipos cada vez más pesados que superaron en 123% la capacidad de la estructura, provocando el colapso del 8 de abril, donde murieron 236 personas y más de cien resultaron heridas.
Inicio de la sobrecarga
El Ministerio Público reconstruyó la cronología del uso del techo desde 2011. Desde ese año, según la acusación formal, la estructura comenzó a recibir equipos operativos sin supervisión técnica. La instalación inicial incluía siete dispositivos pequeños distribuidos en distintos puntos de la superficie. Aunque parecían elementos aislados, esa primera ocupación marcó el inicio de una tendencia sostenida que nunca fue evaluada por especialistas.
Crecimiento progresivo
Con el paso del tiempo, la sobrecarga estructural del techo del Jet Set aumentó de manera constante. En 2012 y 2013 la distribución se mantuvo, pero para 2014 ya se habían agregado nueve elementos, lo que indicaba una expansión operativa significativa. Luego, en 2015, la cifra ascendió a doce equipos. Este incremento revelaba un uso intensivo de la superficie para fines técnicos, aun cuando la infraestructura no estaba diseñada para soportar cargas crecientes sin estudios profesionales.
Más peso sin control
Entre 2016 y 2021 se registraron catorce aparatos instalados, aunque con variaciones en peso y tamaño. Según la acusación, este período mostró cambios visibles en la superficie como nuevas capas de impermeabilización, recubrimientos reflectivos y redistribuciones de ductos. Aunque parecían intervenciones menores, cada una aumentaba la carga y alteraba la estabilidad del sistema. A pesar de eso, no hubo evaluaciones formales para medir el impacto acumulado.
Acumulación crítica
De acuerdo con los peritos, la etapa más peligrosa comenzó entre 2022 y 2025. Durante esos años se instalaron casetas técnicas, ductos pesados, tinacos de agua y unidades de climatización de gran tamaño. También se colocó un transformador de alta potencia, considerado uno de los elementos más pesados sobre la superficie. En total, el techo soportaba diecisiete instalaciones antes del colapso. Esa configuración excedía de forma dramática cualquier margen razonable.
Carga superior al límite
Los especialistas calcularon que la viga más solicitada soportaba 2.822 toneladas por metro lineal. Esa cifra superaba en un 123% la capacidad estructural. Según el expediente, la sobrecarga estructural del techo del Jet Set era evidente desde varios años antes del desplome, aunque nunca se ejecutó un estudio formal. La estructura, además, acumulaba cuatro capas de morteros y materiales superpuestos que aumentaban el peso de manera silenciosa.
Filtraciones y advertencias
La acusación recoge múltiples reportes de filtraciones severas, caída de plafones y desprendimiento de escombros. Todo eso ocurría mientras el techo acumulaba carga. Los empleados realizaban reparaciones improvisadas para evitar daños visibles, pero la estructura seguía deteriorándose. La acusación asegura que los hermanos Espaillat conocían esas fallas, pues recibían notificaciones continuas. Una advertencia llegó incluso un día antes del colapso, aunque no fue atendida.
Testimonio técnico clave
El expediente incluye el testimonio de Manuel Jiménez Mateo, encargado de mantenimiento de RCC Media y colaborador ocasional en la discoteca. Jiménez describió seis aires industriales instalados en el techo: tres de 20 toneladas y tres de 15 toneladas. También mencionó tres tinacos de agua y un transformador de 24 a 360 de potencia. Explicó que los equipos eran comprados en Refripartes e instalados por un técnico sin evaluación estructural.
Agua como signo de deterioro
A pesar de las casetas técnicas usadas para cubrir los ductos, el agua continuaba entrando. El líquido se acumulaba alrededor de los aires cuando llovía y bajaba por los conductos hasta los plafones y las alfombras. Había reportes constantes de daños internos. No obstante, el mantenimiento se realizaba de forma informal y sin supervisión experta. Según la acusación, ese deterioro debió activar un estudio inmediato.
Víctimas de diez nacionalidades
El expediente refleja la magnitud humana de la tragedia. En total, 236 personas murieron. Entre ellas había dominicanos, venezolanos, estadounidenses, franceses, italianos, colombianos, costarricenses, hondureños, haitianos y kenianos. Más de 180 personas resultaron heridas. En total, 346 víctimas, querellantes y actores civiles forman parte del proceso judicial. Las comunidades más afectadas fueron Haina y Baní.
Calificación penal
Antonio y Maribel Espaillat enfrentan cargos por homicidio involuntario y lesiones involuntarias. Los artículos 319 y 320 del Código Penal sustentan la acusación. El juicio preliminar está pautado para el 12 de enero de 2026 en el Primer Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional. El Ministerio Público sostiene que la tragedia fue resultado directo de negligencia e imprudencia en el manejo de la infraestructura.
Fuentes: LISTIN DIARIO / NDIGITAL
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