La comunidad denuncia amenazas a ríos, salud y territorio por proyecto de valorización y posible relleno sanitario
LA CUABA, República Dominicana – La comunidad de El Aguacate mantiene su rechazo a la planta OAKHOUSE en La Cuaba, al advertir riesgos ambientales, sociales y sanitarios irreversibles. La comunidad de El Aguacate, ubicada en el distrito municipal de La Cuaba, sostiene una oposición firme a la instalación de la planta OAKHOUSE en La Cuaba, proyecto de reciclaje y valorización de residuos que, según denuncian, abriría la puerta a un relleno sanitario en la zona.
Territorio vulnerable
Residentes advierten que La Cuaba es un territorio ambientalmente sensible. La zona posee suelos frágiles, vocación agrícola y una fuerte dependencia de recursos hídricos superficiales. Aseguran que el proyecto no se ajusta a la realidad social ni ecológica del área.
Líderes comunitarios y organizaciones ambientales señalan que la planta afectaría directamente los ríos La Cuaba, El Limón y Matúa. Estos afluentes son claves para consumo humano, producción agrícola y equilibrio ecológico regional.
Críticas oficiales
La comunidad cuestiona declaraciones recientes del ministro de Medio Ambiente. Consideran que dichas afirmaciones minimizan los impactos reales y desconocen la vida cotidiana de las familias que dependen del agua y del territorio. Voceros denuncian que no se realizó una consulta previa, libre e informada, como exige la legislación ambiental. Afirman que la comunidad nunca fue integrada a un proceso formal de evaluación social del proyecto.
Movilización sostenida
El Aguacate ha desarrollado protestas pacíficas, asambleas comunitarias y llamados públicos a las autoridades. La comunidad reitera que continuará en pie de lucha hasta que se descarte el proyecto y se garantice la protección ambiental.
Datos ambientales regionales indican que más del 70 % de las comunidades rurales dependen directamente de ríos cercanos. En La Cuaba, esa dependencia es crítica. Por ello, la planta OAKHOUSE en La Cuaba se convirtió en un conflicto ambiental de alto impacto local.
Los comunitarios exigen la paralización inmediata del proyecto y la apertura de un diálogo transparente, participativo y con evaluaciones independientes.
Evidencia en las calles
El rechazo comunitario quedó evidenciado en protestas pacíficas captadas en video. Residentes marcharon con pancartas y consignas en defensa del agua y el territorio. Durante la manifestación, voceros comunitarios expresaron ante cámaras su negativa rotunda al proyecto. Aseguraron que no permitirán ninguna obra que comprometa los ríos.
El material audiovisual muestra una participación amplia. Adultos mayores, jóvenes y familias completas se sumaron al reclamo ambiental.
Mensaje directo a autoridades
En el video, comunitarios cuestionan la falta de escucha institucional. Reclaman decisiones tomadas sin consultar a quienes viven en la zona afectada. Los manifestantes insisten en que El Aguacate no es un vertedero. Definen su lucha como una defensa legítima de la vida y del futuro comunitario.
Fuente: AlcarrizosTV
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