Este viernes el Palacio Nacional lucía iluminado de verde para celebrar la entrada en vigor del Acuerdo de Paris (COP 21) que busca reducir y mitigar los efectos del Calientamiento Global.

La República Dominicana firmó este acuerdo, pero en la práctica deja mucho que desear. 

Santo Domingo- El color verde esperanza iluminó la noche del viernes la fachada del Palacio Nacional, por la entrada en vigor del acuerdo de Paris (Cop 21), firmado por el presidente Danilo Medina, en noviembre de 2015.

La República Dominicana quedó fuera del grupo de 97 naciones que ratificaron el Acuerdo de París antes de este viernes, 4 de noviembre, haciendo posible la entrada en vigor de este acuerdo que busca que el aumento de la temperatura del planeta no rebase los dos grados Celsius, preferiblemente 1.5 grados Celsius para el año 2100, anunció el Comité Nacional de Lucha Contra el Cambio Climático, CNLCC.

La entidad informó que el país fue de los pocos Estados insulares que no ratificaron este pacto antes del día de hoy, junto con Jamaica, Haití, Cuba y Filipinas.

Descaro del Gobierno

Ernesto Reyna, vicepresidente ejecutivo del Consejo Nacional para el Cambio Climático, explicó que las naciones signatarias del acuerdo escogieron un edificio emblemático para iluminarlo de verde, como parte del compromiso. Otra de las responsabilidades asumidas por República Dominicana, según Reyna, es la de mitigar los efectos del calentamiento global.

“Cada ciudadano tiene una responsabilidad, debemos cumplir con las normas de prevención. Hay que evitar que ese cambio climático nos siga afectando. Sus consecuencias son negativas para la agropecuaria, turismo, así como el desarrollo sostenible”.

Reacciones

A raíz de estos pronunciamientos, entidades conservacionistas locales se han expresado, rechazando la doble moral con que se trata éste tema, argumentando que mientras el país y sus gobernantes exhiben una marcada consternación por los temas medioambientales ante la comunidad internacional y la prensa, en la práctica son ellos mismos los cómplices del deterioro, la permisividad, falta de consecuencias para que quienes se benefician y llenan sus arcas haciendo negocios con el daño del ambiente jamás reciban castigo alguno.

Expresaron que a todo lo largo de nuestra geografía existen ejemplos palpables, de autoridades que se asocian con criminales ambientales para enriquecerse, depredando de manera despiadada nuestros recursos naturales, mientras que van pretendiendo frente al mundo que si les importa lo que ocurre.