Le ocupan dos celulares y al revisarlos encuentran imágenes del edificio donde ellos estaban, o sea, donde vive el coronel investigador del caso Coral.

Pero también encuentran imágenes de la vivienda de la magistrada Yeni Berenice Reynoso y además imágenes de su vehículo.

Siguen buscando y encuentran conversaciones de WhatsApp entre ellos, donde especifican que la magistrada usa diferentes placas en su vehículo y que además, ella acostumbra usar diferentes rutas.

Cuando les preguntan las razones por las que le daban seguimiento y la estaban ubicando, ellos contestan que le dieron instrucciones de darle seguimiento porque a ella le iban a reforzar su seguridad. Pero ella no ha solicitado que le refuercen la seguridad, ni la Procuraduría tampoco.

Debemos preguntarnos si esto es un hecho baladí o es un hecho grave. Es decir, es una casualidad, un desliz sin importancia y sin explicación, el hecho de que dos militares le den seguimiento, ubiquen su casa, ubiquen su vehículo, sus hábitos y el hecho de que habían investigado que la magistrada usa más de una placa.

A nuestro parecer es muy grave. A nadie le hacen un espionaje para saber dónde le van a enviar un ramo de flores el día de las madres.

El solo hecho de que esos dos individuos vestidos de civil, primero, mienten diciendo que son seguridad del coronel que investiga para la PEPCA, es decir para la magistrada Yeni Berenice Reynoso, y luego resulta que son la FARD y que están mintiendo y que tienen todo eso en sus celulares. A mí me parece que eso es extremadamente grave y por eso publiqué lo que publiqué.

Los comandantes de la institución envuelta en este espionaje dicen que no saben el propósito de esa acción.

El jefe de la unidad a la que pertenecen los dos militares, dice que esos efectivos se los pidió el coronel retirado Pepe Goico, pero que no le dijo para qué los utilizaría. Esto es muy difícil de entender…

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