El presidente de la AIRD, expuso durante el almuerzo anual de la entidad.

A continuación remitimos el texto integro de las palabras de Campos S. De Moya.

«Sin ninguna duda todos los dominicanos soñamos con hacer de República Dominicana un país con mayores oportunidades y menores desigualdades. Todos soñamos con un país mejor.

En estos casi dos años que he tenido el honor de presidir la AIRD, uno de los aprendizajes alcanzado es que somos un país con múltiples miradas y voces, pero todas enfocadas en trabajar por el bien de nuestra nación.

Este año 2016 ha sido un año convulso para el mundo. Acontecimientos que nos incitan a reflexionar sobre hacia dónde vamos como país y cómo debemos conducirnos todos los actores de la sociedad. Nos preocupa observar cómo el mundo ha venido transitando hacia posiciones irreconciliables, cayendo con facilidad en estereotipos descalificadores y en conflictos que solo provocan enfrentamientos y mayores desigualdades. Sin embargo, debemos sentir orgullo de que en nuestro país las ideas, creencias y realidades distintas tienen cabida y de que a pesar de nuestras diferencias tratamos siempre de encontrar coincidencias y de evitar los conflictos que nunca generan valor.

Las circunstancias internacionales nos deben llevar a reflexionar sobre la importancia de mantener la cultura de diálogo entre los sectores de la sociedad, que existe en nuestro país, propiciada por el gobierno y de llegar a acuerdos, aunque no sean satisfactorios para todos. Esa cultura, que no existe en todos los países, es algo de lo cual debemos sentirnos orgullosos.

Dialogar en forma constructiva con la sociedad requiere estar dispuestos no solo a escuchar, sino también a expresar nuestras posiciones de forma clara, respetuosa, honesta y transparente.

En la AIRD hemos trabajado fuertemente en la construcción de espacios para la generación de ideas, contenidos y propuestas. Hemos abierto puentes para el diálogo. Diálogos que nos han permitido construir espacios con instituciones públicas y privadas, que han dado cabida a largas horas de trabajo conjunto y resultados positivos que debemos multiplicar.

Reitero que reconocemos en nuestras autoridades su disposición al diálogo y su valoración del aporte del empresariado y esperamos pronto llegar a acuerdos para resolver los problemas estructurales que tenemos como nación. Sabemos que no es una tarea fácil, pero estamos convencidos de que nos encontramos en el mejor momento para construir juntos las soluciones a los problemas fundamentales de nuestra sociedad.

Los gremios empresariales sabemos que nuestro rol no es de diseñar políticas públicas, pues ese es el rol de las autoridades. Nuestro rol consiste en tomar desde las empresas ideas y hacer propuestas para ponerlas a disposición de quienes deben diseñarlas. Nuestras ideas y preocupaciones solo tienden a buscar el mejor interés para nuestra nación.  Pues estamos convencidos de que la actividad agroindustrial e industrial no solo es la que genera mayores fuentes de trabajo formales, sino la que produce lo nuestro, lo hechoenRD, que ahorra y genera divisas gracias a la producción de bienes y a las exportaciones y  contribuye a través de sus impuestos a que el Estado pueda brindar los servicios públicos a la sociedad.

Es probable que nuestras posiciones no sean populares cuando hablamos de temas fiscales o laborales. Pero nuestro desafío es que los planteamientos estén siempre bien fundados y que solo procuren el interés general del sector.

Creemos que es necesario desarrollar un sector industrial cada vez más fuerte y competitivo, que compita sobre la base del cumplimiento de la ley y de la ética, no de la desigualdad y de la evasión. Es por esta razón que nos empeñamos en presentar propuestas que garanticen reglas claras y fáciles de cumplir, pues el mayor enemigo del sector industrial formal y de la inversión es la competencia desleal y la debilidad institucional.

Hemos insistido, con voz clara y sin dobles intenciones, que lo que hemos construido entre todos es bueno y que podemos mejorarlo. Precisamente para conservar lo bueno, debemos tener la fuerza y el liderazgo para plantear con argumentos sólidos nuevas propuestas y defender lo que creemos no se debe cambiar.

Estamos convencidos de la importancia y los efectos positivos que produce que nuestra economía crezca todos los años, pero el gran desafío debe ser cómo hacer crecer más a los sectores que nos garanticen una mayor productividad, equidad social y crecimiento sostenible.

Los industriales hoy más que nunca ponemos al servicio del país nuestro trabajo y nuestra vocación por el desarrollo económico y social, pues ser industrial es una vocación, que se construye con trabajo, con visión y sobre todo, con pasión.

Hoy, en este almuerzo con motivo del 54 aniversario de la AIRD, en el que contamos con la honrosa presencia del Presidente Danilo Medina, autoridades y dirigentes empresariales, sindicales y sociales y en el que tendremos el privilegio de escuchar las experiencias y reflexiones de un admirado empresario agroindustrial como don Julio Brache Arzeno; quiero hacer una invitación a todos los presentes para que la ruta del diálogo que hemos construido juntos y que el gobierno ha propiciado, arroje sus frutos cuanto antes y que sin prejuicios y estigmas podamos construir mayores y mejores oportunidades de desarrollo y bienestar para los dominicanos».