El Alcalde inició su gestión cuando comenzaba la pandemia. En eses meses ejerció con mucha responsabilidad su mandato

 

Manny Castle

La conquista de un largo sueño

[pullquote]Otro incidente fue con el presidente de la asociación de comerciantes de Los Alcarrizos por hacer unas críticas sobre la acumulación de basura[/pullquote]

Ese viernes viernes 24 de abril del presente año Cristian Encarnación empezaba a ver realidad el sueño que había albergado por largos años. Años cargados de muchas tensiones, de virulentas, encarnadas, violentas y sangrientas luchas a lo interno del PRD y luego del PRM y de rabiosas confrontaciones con sus oponentes en diferentes escenarios. Estas luchas internas produjeron divisiones, enemigos y hasta muertes; cuyos responsables nunca pagarán por ellas.

Su principal contendor externo siempre fue Junior Santos, con quien muchas veces esas confrontaciones tuvieron amenazas de muerte y hasta su carga de plomo.

El Moreno tenía bien claro su objetivo: Ser alcalde de Los Alcarrizos a costa de lo que fuera. Como guerrero estaba henchido de orgullo porque había ganado muchas batallas y por último, la guerra por la alcaldía. Todos esos años Cristian se preparó para algún día obtener la alcaldía.

Su gran debilidad fue crearse un anillo de personas de cuestionada reputación. Una cosa sí tienen: hacen lo que Cristian les pida, sin importar las consecuencias. Este grupo de incondicionales siempre está con él y constituye su brazo armado. Algunos de ellos se caracterizan por ser gatillos alegres. Carecen de cualquier posibilidad de razonamiento.

 

Las cancelaciones: Un arma de doble filo

Desde que Encarnación asumió como alcalde su intención era iniciar un proceso de cancelaciones masivas. La advertencia del ministro del MAPlo frenaba. Pero desde que pudo empezaron las cancelaciones de empleados en el ayuntamiento. Entre los cancelados había gente de confianza del anterior alcalde, pero también muchos ciudadanos muy pobres que prestaban sus servicios para sostenerse o comprar sus medicinas. Las cancelaciones fueron inmisericorde. Cristian tenía bien claro que tenía que buscarle puesto a todos los compañeros que le apoyaron, incluyendo a “sus tigres” que le han acompañado en las últimas contiendas electorales.

El Concejo de Regidores está compuesto por 15 miembros: siete de ellos del PRM y aliados; siete al PLD y aliados y uno FP-BIS, en los primeros meses Cristian pudo maniobrar por las sanas y buenas intenciones de los legisladores municipales.  

Una vez instalado y con un Concejo de Regidores a su favor, en principio muy complaciente, realizó los cambios en el personal que él entendía necesitaba, colocando a Yuliana Margarita y Cristian Junior, dos de sus hijos, en posiciones de poder y control, dejando prácticamente sin funciones a la vicealcaldesa. No le importó repetir la práctica del nepotismo que antes le había criticado a su antecesor. En el caso de Yuliana, ésta asumió tal el mandato de su padre, que en la práctica se convirtió en un alcalde despótico. Maltrató a muchos colaboradores, los testimonios están por doquier. El ayuntamiento empezó a adentrarse en caminos oscuros.

A pesar de que el ayuntamiento paga muy bajos salarios, a pocos meses de estar en el poder los hijos del alcalde exhibían vehículos nuevos, sin embargo a más de 120 días de haber cancelado a un sinnúmero de empleados, todavía no les paga la indemnización correspondiente. 

En los masivos despidos que ejecutó el alcalde Cristian Encarnación se violaron varios artículos de la Ley No. 41-08 de Función Pública y Carrera Administrativa. Dentro de este gran número de empleados despedidos habían empleados envejecientes candidatos de alguna pensión, empleadas embarazadas y servidores públicos de Carrera. Las acciones del alcalde Encarnación contradicen las orientaciones dadas por el ministro del MAP.

El incipiente ejercicio democrático

Con la adquisición de Romelio Rivera como secretario del ayuntamiento se inició una nueva etapa, pues de inmediato realizó notables esfuerzos de reencauzar la Alcaldía por los senderos de la democracia y la participación ciudadana. Pero eso no es suficiente. Hay que “amueblarle” la cabeza al alcalde.

El cementerio municipal fue un tema de campaña del actual alcalde Cristian Encarnación, desde sus inicios ha estado empeñado en recuperar los terrenos del cementerio.

La forma del abordaje sobre el tema del cementerio produjo el primer encontronazo entre los regidores y la prepotencia del Alcalde. Este conflicto se agrava con las amenazas que el Alcalde le profiere a uno de los regidores de su propio partido. Recordemos que Cristian es un guerrero, está hecho para pelear, sin mirar las consecuencias. Habían dos roles que él podía jugar: el mediador o el peleador. Pero lamentablemente prefirió  lo que más le acomoda.

Hoy el Alcalde se mantiene enfrentado al cuerpo legislativo del ayuntamiento. Debe procurar ceder en sus intereses y hacer un ejercicio real de democracia.

Otro incidente fue con el presidente de la asociación de comerciantes de Los Alcarrizos por hacer unas críticas sobre la acumulación de basura y Cristian no tardó en mandarle varios de “sus tigres” demostrando con ello su incapacidad gerencia y de diálogo.

 

Perfil de Cristian Encarnación

Observando las distintas actuaciones y reacciones de nuestro Alcalde y haciendo una combinación entre el la teoría de los cuatro humores o teoría de los cuatro temperamentos, podemos definirlo como COLERICO, veamos sus fortalezas y debilidades:

 
FORTALEZAS DEBILIDADES OBJETIVO
Enérgico, resolutivo, optimista, audaz, activo, independiente, práctico, líder, productivo, inquieto, exigente, pragmático Impaciente, agresivo, prepotente, vanidoso,  intolerante, insensible, dominante, rencoroso, egocéntrico, agresivo, excitable, estrés, Tener el control

 

 
 
Desdibujar la democracia y empezar a trillar el camino de una dictadura

Ejercer el poder desde una perspectiva guerrera, imponiendo las ideas por la fuerza o por medio de la amenaza y el chantaje transita en sentido diametralmente inverso al ejercicio democrático. El absolutismo, las órdenes marciales, la arbitrariedad, la censura a la crítica, represión y el desorden son algunas características de cualquier dictadura, cuyas herramientas principales son el miedo, la persuasión o el engaño para arrasar con todo a su paso.

Sin lugar a dudas Cristian Encarnación se preparó para alcanzar la alcaldía, pero se le olvidó prepararse para ejercerla. Con el paso de los meses hemos visto como se ha ido despojando del “traje democrático” que se colocó al final de la campaña electoral, para despistar y poder contar con los votos de un mercado electoral que ansiaba un cambio en el destino municipal.

 

Desde el punto de vista socio-político, si nuestro Alcalde procura la concentración de poder, arbitrariedad, represión de la oposición, violación de derechos, imposición (por medio de la fuerza (grupos armados) y reparto de canonjías económicas) estamos frente a una dictadura.

De antemano sabíamos que el producto electoral que asumimos como alcarricense en las urnas el pasado 15 de marzo no era lo mejor, sino que lo vimos como una especie de palanca para poner fin a 16 años del reinado de Junior Santos.

No nos equivocamos, se equivoca el Alcalde cuando piensa que por su autoridad legal y su poder legítimo y piensa que le da potestad para pisotear y maltratar. El señor alcalde no sabe, o sencillamente no conoce que sus acciones pueden convertir su gestión en ilegitima, o sea que el pueblo que le eligió y votó por un cambio en la Alcaldía de Los Alcarrizos le retire el apoyo otorgado y tal vez no concluya su mandato.