SANTIAGO DE CHILE, CHILE (ANSA).– Un revolucionario procedimiento que capta partículas de H2O del aire para convertirlas en agua limpia, pura y sin contaminantes ha permitido llevar el vital elemento a apartados caseríos de Chile.

Así, con este notable avance tecnológico, zonas sin suministro o con sus fuentes muy contaminadas por desechos mineros u otras sustancias cuentan ahora con el necesario elemento. En Latinoamérica y el Caribe, cerca de 34 millones de personas no poseen acceso a fuentes seguras de agua potable. En Chile, 44 mil familias -220 mil personas aproximadamente- de 540 comunidades rurales dependen de terceros para obtener este recurso, ya sea mediante camiones aljibes que llegan a la localidad o la compra de bidones con el vital elemento. Héctor Pino, ingeniero forestal chileno, desarrolló FreshWater, tecnología que acelera el ciclo natural del agua al capturar micro partículas de H2O suspendidas en la humedad relativa del aire, para luego formar una nube y hacer llover dentro de un dispositivo que puede generar hasta 28 litros diarios.

La atmósfera proporciona una fuente ilimitada y sustentable de agua, libre de sodio, preservantes y químicos, destacó. El sistema es capaz de producir entre 9 y 28 litros de agua por día, dependiendo de la temperatura y humedad del ambiente.

Cada litro de agua cuesta 0.045 dólares aproximadamente, donde el costo es el consumo eléctrico. El valor de cada máquina es de 1,590 dólares y su vida útil es de 10 años.

Pino afirma que es una tecnología mucho más barata que la construcción de un pozo rural (303 mil dólares), llevar camiones aljibes, crear plantas desalinizadoras, bombardeo de nubes o captadores de niebla, entre otros.

La máquina es un cubículo con ruedas de apariencia muy simple, en cuyo interior se encuentra un computador que permite filtrar, purificar, esterilizar el agua, y que sale por una cañería de cobre. La cubierta es de madera, uno de los costados de policarbonato, otro tablero OSB (madera) donde se encuentra a malla electrostática que filtra el aire. El profesional contó, durante una conferencia en la Fundación Imagen de Chile, que la iniciativa surgió a raíz de la enfermedad con la que nació su hija que durante 10 años debió ingerir antibióticos por las permanentes infecciones al tracto urinario. Así derivó en la relevancia del consumo de agua de calidad para evitar enfermedades, no sólo gastroenterológicas.

Simultáneamente constató que la gente de lugares apartados de los centros urbanos «le tenía miedo a la tecnología» por lo que junto a Alberto González y Carlos Blamey fueron ajustando el diseño de la máquina a uno «de la mayor simpleza». Pero no era ver la necesidad e instalar el sistema. Aspiraban a que su iniciativa superará políticas públicas que sólo logran impactar por un tiempo y luego se abandonan. Fresh Water, creada oficialmente en 2015 y que ya recibió el Premio a la Innovación, definió de inmediato que para poder abordar el proyecto con éxito tenía que relacionarse con las comunidades y sus líderes. Además, constataron que la llegada era más fácil si lo hacían a través de alguna organización no gubernamental que tuviera presencia en el lugar. Actualmente, esta tecnología se está implementando en diversas localidades de Chile, impactando a cerca de 2.400 personas, en lugares como el altiplano, Atacama, La Serena, Ovalle, Olmué y Valparaíso.

A nivel internacional, se está evaluando en Colombia, Paraguay y Argentina. También, hay contactos con El Salvador y México. (ANSA)