El cuerpo de Cheché Abreu es velado en la funeraria Blandino en el ensanche Ozama de Santo Domingo Este y será sepultado el jueves en la mañana en el cementerio Parque del Prado, informaron sus familiares.

El intérprete de «La negra Pola» murió la noche del martes, a los 81 años de edad, en la clínica Rodríguez Santos, tras sufrir un paro respiratorio mientras era dializado.

El cortejo fúnebre partirá a las 8:30 de la mañana del jueves a la parroquia Santa Mónica de la calle Costa Rica y después de la misa de cuerpo presente la familia lo llevará al cementerio que está de camino al pueblo de Guerra, próximo al complejo de béisbol del equipo los Dodgers de Los Ángeles.

 
Ynmaculada Cruz Hierro / Listín Diario
 

SANTO DOMINGO, RD.- Elegantemente vestido, con su in­separable som­brero que caracte­rizó su estilo y una sonrisa marcada en su rostro que iluminaba a todos. Así físi­camente se recordará al músi­co dominicano Cheché Abreu, quien partió la noche del mar­tes a los brazos del Señor, tras complicaciones renales como consecuencia de la diabetes. Tenía 81 años.

José Abreu Vargas, conoci­do como Cheché Abreu, na­ció en Manoguayabo el 26 de julio de 1939 y fue una figura destacada de la música popu­lar dominicana, creador del ritmo “mangué”, activista co­munitario y trabajador incan­sable por su comunidad.

Su espíritu de solidaridad siempre estuvo presente en su vida, cuando formó su agru­pación la instituyó como una especie de cooperativa en la que sus integrantes tenían el mismo sueldo, incluyéndolo a él.

“El Queridísimo”, apodo que adquirió al utilizar la fra­se “¡mi querido!” en sus salu­dos y en sus merengues, tuvo una carrera fructífera en la dé­cada de los 70 y los 80 que lo convirtieron en un coloso de la música popular.

Inicios en la música

Cheché tuvo una niñez sumi­da en la pobreza. Desde pe­queño trabajó la agricultura y la construcción. Creció en un hogar, junto a sus hermanos, marcado por los valores que le inculcaron sus padres José Abreu Martínez y Rosa Her­minia Vargas Germán.

Es en su adolescencia (1961) se inclina por tocar al­gunos instrumentos como la guitarra, bajo, bongó, conga y la maraca y junto a sus ami­gos forma “El Sexteto Mano­guayabo”.

La joven agrupación reci­bió el apoyo de la comunidad. Durante la Revolución del 1965 el grupo tuvo que parar las presentaciones y Cheché, que era raso de la Marina de Guerra, estuvo acuartelado hasta que terminara la guerra.

 El ritmo mangué

Terminada la guerra conti­nuó con su propio grupo, y en 1967 formó una orques­ta con 12 músicos tocando boleros, son montuno, sal­sa y merengue. Las primeras grabaciones se realizaron en 1968. Ese año bautizó el rit­mo “mangué”, al que no qui­so llamarlo merengue por respeto al ritmo dominicano que se imponía en el gusto de la juventud de la época.

Bautizado como como “Cheché Abreu y sus Colo­sos” grabó su primera pro­ducción discográfica en 1970: “Bandera dominica­na”. Luego siguieron “Los grandes soneros” (1976), en 1978 lanza tres produccio­nes “Canto a Santo Domin­go”, “Pruebe y compre mi salsa” y “Mi salsa”.

Su despegue inicia con el disco “El very well” (1979). Así se da su gran pegada en el gusto popular con los éxi­tos “Aquí estoy, mi vieja”, “Ra­quel”, “Llegó la mañana” y tema homónimo del disco, in­terpretados por Cheché, Peter Cruz y El Profeta.

“La Negra Pola”

“La Negra Pola” (1980) fue el merengue que literal­mente catapultó a Cheché Abreu. Su autor fue Pochy Familia, que a los 13 años se acercó al conocido músico y le entregó las letras para que lo grabara.

Según Cheché, ese niño se le acercó luego de una pre­sentación en Radio Televisión Dominicana y le mostró la ho­ja en donde tenía escrito el merengue. Ese día Cheche y Pochy se juntaron para poner música con una guitarra al te­ma que terminó identificando para toda su vida al veterano merenguero.

Luego, en los años 90, sien­do Pochy una de las principa­les figuras del merengue con su Coco Band, invita a Cheché a grabar de nuevo “La Negra Pola” y se convierte en un éxi­to, otra vez.

“Me siento muy triste, Che­ché fue mi padre musical, fue como ese papá que me hizo falta por la muerte del mío, siempre estuvo ahí dándo­me consejos, tremendo ser humano; agradecido eterna­mente de él, le hablo mucho a mis hijos de quién era Che­ché”, dijo anoche Pochy Fami­lia a LISTÍN DIARIO.

Enfermedad

Cheché tuvo una carrera fruc­tífera. En los 90 grabó otras producciones como “El prínci­pe de la salsa”, “Colosalmen­te”, “Mejor que nunca” “El te­lecable”, “Aquí me quedo”, “El Negro Chango”, “El regreso del sonero”, entre otras.

Aunque siempre mantuvo vigente su agrupación 1995 sufrió un accidente cerebro­vascular que lo obligó a disol­ver el grupo.

Cheché se recuperó y conti­nuó trabajando, pero con me­nos intensidad. Veinte años después volvió a sufrir otro episodio y perdió el 70 por ciento de sus facultades mo­toras. A pesar de esto el artista continuó trabajando como se lo permitió su estado de salud.

Labor altruista

Cheché fue “cursillista de cristiandad” y la comunidad aprovechó su popularidad pa­ra recaudar fondos y realizar varias obras en Manoguaya­bo, como la ampliación de la escuela.

En el año 1968 lograron construir el Club de Mano­guayabo, el Salón Parro­quial y remodelaron la igle­sia de Bayona.

Impulsaron la reapertu­ra de la Cooperativa de Aho­rros y Préstamos. Bayona, Ha­to Nuevo y Palavé y también se beneficiaron del trabajo co­munitario del músico.

 DE SU VIDA

Familia.

De 10 hijos: Yadira, Jo­sé, Yanily, Moisés, Jochy y Samuel, procreados con Julia Elupina Terre­ro. También tuvo a Yo­banka, Andy Luis, Jose­fina y Luisito Abreu.

Reconocimientos.

En 2008 fue reconoci­do por la Asociación de Cronistas de Arte en la Gala de Nominaciones. En 2015 el Ministerio de Cultura (MINC) lo dis­tinguió.