SANTO DOMINGO.- En medio de llantos y dolor fueron sepultados ayer en el Cementerio Cristo Redentor, del Distrito Nacional, los restos del teniente policial retirado y del teniente activo del Ejército quienes fueron abatidos a tiros por unos desconocidos la madrugada del jueves, en Los Alcarrizos. Ambos crímenes ocurrieron por separado.

Los familiares de Papio Rodríguez Camarena, oficial (r) de la Policía Nacional, y de Domingo Florentino Delgado, teniente del Ejército, reclaman justicia y la captura urgente de los criminales.

Además, se quejan porque dicen que hubo negligencia por parte del sistema 9-1-1, pues ambos llegaron con vida al Hospital Vinicio Calventi, donde finalmente expiraron.

En tanto, el director general de la institución policial, mayor general Ney Aldrin Bautista, afirmó que las investigaciones van muy avanzadas y que en las próximas horas se ofrecerán detalles al respecto.

Sus declaraciones fueron vertidas en el velatorio de la madre del vocero de la Amet, en la Funeraria Blandino, de la avenida Abraham Lincoln.

Rodríguez Camarena tenía 58 años, de los que pasó 28 en la Policía Nacional, tuvo dos hijos y dos nietos. Su viuda, Aracelis Santana, lo recuerda como buen esposo y padre ejemplar. Vivía en el barrio Nuevo Horizonte, Santo Domingo Oeste.

El militar ultimado también es recordado como un hombre noble y laborioso. Tenía 20 años trabajando en el Palacio Nacional. Dejó tres hijos y un pequeño negocio en el barrio Palmarejito, en dicho municipio.